Un fallo de la Matrix
Efemérides Habitables un dejá vu de la historia oficial
Por Georgina Celaya
Imagen y memoria
son poder. La fotografía como representación encierra el poder de enunciar, y
al igual que en la escritura de la historia –un acto creativo-narrativo de copy paste más interpretación
subjetiva–, también hay omisiones. Por otro lado, la memoria es un cúmulo de
recuerdos resumidos en imágenes, los cuales también se activan –irónicamente– a
partir de imágenes; es además un acto caprichoso, rebelde y azaroso, condición
que le otorga aún más poder a la imagen. Entonces, la fotografía puede ser no
sólo el detonante de la memoria, sino la representación fidedigna de la
“verdad” y lo “real”, lo que sea que esos conceptos signifiquen. Siguiendo la
ecuación antes planteada, la fotografía en su papel de documento es doblemente
poderosa, pues es la chispa y el vehículo de la memoria, así como la
enunciación de la verdad y la realidad.
No obstante, en medio de este torrente de conceptos complejos y
abigarrados (memoria, imagen, poder, representación, verdad y realidad), sólo
deberíamos preguntarnos por una cosa: las omisiones que se generan en el marco
de la visibilidad. Ésta parece ser la inquietud del artista visual Félix Luna y
el eje del proyecto Efemérides Habitables,
actualmente en la Galería Luis Adelantado, el cual lleva la ausencia al terreno
de la materialidad y el espacio, un acto de alquimia que sólo se puede realizar
en y con el arte.
La idea del proyecto surgió de la experiencia del artista y el
curador Andrés Aguilera Patiño en la exposición México a través de la fotografía, inaugurada en el MUNAL a finales
del 2013. En esta ambiciosa muestra, con afán de mostrar el “devenir histórico
nacional”, en el mismo tenor que gran parte de las exposiciones de arte
nacional montadas en el extranjero durante el siglo XX, el artista pudo
identificar ciertos “faltantes” –como lo acontecido en 1968, por ejemplo–, los
cuales se traducen en omisiones de hechos históricos que, finalmente, también
forman parte de eso que se identifica como el devenir de la historia.
Este tipo de exposiciones que presentan un continuum en la historia a través del arte –muy en el estilo
museográfico que ensayó Fernando Gamboa–, han hecho aún más evidentes las
fracturas, las discontinuidades y la falta de relación entre una serie de
objetos, hechos, personas y lugares del pasado y del presente, las cuales pocas
veces el ojo del espectador llega a percibir y a cuestionar. En esas grietas
generadas in situ por la exposición México a través de la fotografía, Félix
Luna ha decido insertarse para crear una especie de no lugar de la memoria oficial, el cual surge a partir de un acto
de apropiación y subversión como ha señalado ya el historiador Víctor Osorio,
uno de los colaboradores en el proyecto de Luna. Sin embargo, algo que no han
advertido tanto el artista como los participantes de Efemérides Habitables es que, al mismo tiempo que enuncian y
anuncian la exposición como un acto en contra del “orden dominante”,
anti-oficial y anti-institucional, inevitablemente están fungiendo como agentes
de la memoria de la llamada historia oficial, que se ha venido criticando a
nivel historiográfico desde los años 60, lo cual ha derivado no sólo en una
nueva forma de contar y narrar, sino en el empleo de nuevas metodologías para
historiar. De esta manera, desde la trinchera de las artes visuales, Luna ha desarrollado un método para
contar una historia propia que califica de autobiográfica –aclara– no porque
sea un relato de su historia personal, sino por lo significativo del proyecto
en su trayectoria artística.
Con meticulosidad, rigor histórico y cierto grado de obsesión, Félix
ha reproducido en la Galería Luis Adelantado parte de la exposición fotográfica
llevada a cabo en el MUNAL, pero alterándola, descomponiéndola, generando
nuevos núcleos temáticos y nuevos vínculos entre las fotografías. La estrategia
artística en esta ocasión no consistió en añadir esos “faltantes”, sino en
reproducir y alterar, borrar, mutilar, rayar, desenfocar, pintar, todo envuelto
en una acto “amoroso” que consistió en recubrir las piezas con cal, para de
forma simbólica, conservarlas.
La memoria selecciona y si bien no borra encripta, como lo hacen los
buscadores de Internet, y hunde las imágenes, los recuerdos y las sensaciones
en lo más profundo de nuestro inconsciente. La memoria es reacia, volátil, poco
fiel y voluntariosa. Por más que se intente no puede domarse, es un libro
cerrado que tiene que desplegarse para activarse, el cual precisa de una mirada
externa. En este sentido, el proyecto Efemérides
Habitables, vendría a ser esa mirada externa que permite se active el
recuerdo –un fenómeno sináptico borroso que siempre tiende a fallar–; y, si
bien no es un acto conmemorativo sino subersivo, si es un ejemplo de cómo
funciona el acto de recordar, así como la memoria, y cómo ésta construye y
de construye, cómo crea y recrea, cómo entierra o hace florecer. La propuesta de
Félix Luna es, desde mi punto de vista, un dejá vu (lo ya
visto), pero no como una simple repetición de un mismo acontecimiento, sino
como un síntoma de un fallo en la Matrix, que puede hacerse cada vez más
grande. Un síntoma de un fallo en la Matrix, que puede hacerse cada vez más
grande.
Galería Luis
Adelantado, está abierta al público de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 y de
15:00 a 18:00 hrs. Sábado previa
cita.
Laguna de Términos 260
Col. Anahúac
11320 México D.F.
http://www.luisadelantado.com/ 55 45 66 45